viernes, 7 de enero de 2011

LOS VITORES - Jesús García y Jiménez - Glorioso Mester.

Los Vítores   
Por Jesús García y Jiménez       

Glorioso Mester

Con agradecimiento a todo el personal del Hotel Alfonso VIII de Plasencia, y a Ismael Martín, guia de tal notoria ciudad cacereña.


A
diferencia del día anterior, el cielo había sido aliado de estos viajeros en su periplo extremeño por Monfragüe, un sol a veces justiciero y otras traidor nos jugaba las célebres malas pasadas otoñales, pero hoy poco después de amanecer, asomado al mirador del restaurante placentino tras el gratificante desayuno observo que al cimborrio de sus catedrales solo le llega la tristeza gris de nubes medias.

Ordenadamente este grupo de viajeros espera en la puerta de este hotel, Alfonso VIII por más señas, la llegada del guía que acude puntualmente a nuestra cita; tras el calle arriba, que sube con la elasticidad de un junco, nos conduce en breves instantes a la Plaza Mayor presidida por el edificio del consistorio en cuya torre un curioso y gigantesco muñeco da las horas que marcan la vida de esta noble villa.

Nuestro primer destino son sus dos catedrales, sí dos, al igual que le ocurre a Salamanca: la nueva y la vieja, y no son solo estas las únicas coincidencias como veremos después.
Ismael Martín, que así se llama este portentoso y magnífico anfitrión, que por suerte nos ha tocado gozar de su compañía nos sitúa frente a la fachada principal del magno edificio catedralicio.
Algo le llama la atención a algún viajero, ese algo son esos grafiti, que en lugar de haber sido eliminados los lucen con orgullo. Y ¿Por qué? – Me pregunta- . Antes de que Ismael acabe su disquisición sobre esa bella portada, ya le he salido al quite dialéctico y más o menos le he explicado como en este momento lo hago con vuestras mercedes:

Esos grafiti pintados al mazarrón en los muros de catedrales o edificios religiosos son los "vítores" (de "Víctor", vencedor) que inscribían el anagrama de "VICTOR" junto con su nombre los que habían superado la defensa de su tesis doctoral con la calificación de "Cum Laude". Esto se hacía en ciudades con facultad universitaria. La costumbre de inició en Salamanca. En Toledo hay muchos "vítores" en un muro exterior de la Catedral. En Salamanca las calles antiguas están rotuladas con este tipo de letras y pintura.
Según la Real Academia de la Lengua, un Vítor es un “letrero escrito directamente sobre una pared, o sobre un cartel o tablilla, en aplauso de una persona por alguna hazaña, acción o promoción gloriosa. Suele contener la palabra Víctor o vítor”.



En Salamanca se usaba desde antiguo en los usos de la Universidad: la culminación de los estudios era la obtención del título de doctor y los compañeros escribían el Vítor en cualquier pared libre que encontraban.
 Este símbolo fue utilizado políticamente durante el franquismo, pues desde la Ley Moyano de 1857, hasta 1954, la única Universidad que expedía títulos de doctor era la Central (la de Madrid) y, por lo tanto, al llegar la guerra civil llevaba 80 años en desuso. A partir de 1954 volvió a utilizarse para los doctores, aunque de tamaño reducido y en sitios muy delimitados.

Una anécdota:
En la guerra civil Franco residió en Salamanca, se le concedió un doctorado honoris causa y se pintó su Víctor (que luego él lo adoptó como emblema personal) en el exterior de la Catedral Nueva salmanticense. Debajo del anagrama se escribió su nombre y seguidamente la frase abreviada MIL.HISP.GLOR. ("Miles Hispaniae Gloriosus") entendiendo que decía en latín "soldado glorioso de España". Pero en correcto latín "soldado glorioso" se dice "gloriosus miles", porque "miles gloriosus" debe traducirse por "soldado fanfarrón". Claro que el dudoso latín de Franco no llegaría a esos extremos... ¡


Uno de los primero vítores que se hicieron a Franco se pintó en la fachada de la Catedral Nueva, con la inscripción "Franciscus Franco, Miles Gloriosus", lo que traducido del latín quiere decir Francisco Franco, Soldado Fanfarrón...

Casualmente este vítor del dictador, solo duró hasta poco antes de instaurarse la democracia en que fue eliminado. ¡Hermosa y desconocida catedral de Plasencia! ¡Hasta los “Vítores” te embellecen! (Algunos)
En cuanto a las alegorías de estos símbolos, posiblemente la falta de información y la inapetencia de informarse, hayan calado en una mayoría de visitantes, (De los que por supuesto, no consideran obras de grafiteros) como un símbolo de tinte fascista al asociarlo al tan exhibido Víctor durante la dictadura, sería el mismo error que atribuir el yugo y las flechas a la Falange, cuando su origen se remonta desde los Reyes Católicos hasta llegar nuestros días, con el Tanto Monta. Esto viene a cuento de la cantidad de veces que he escuchado en muchos viajes tales barbaridades indoctas.

 De lo que no me atrevo, mejor dicho: no deseo, es dar una sincera opinión y por ello negativa, de una pintada en uno de los lienzos exteriores de la Catedral de Burgos, donde tras el fin de la contienda figuraba la frase: José Antonio Primo de Rivera. Presente. Dicha pintada desapareció no hace muchos años, concretamente tras las últimas restauraciones, y me parece muy bien pues no era ningún Víctor, pero lo que no se que les parecerá a los demás que aquella pintada se haya transformado desde entonces en un bajo relieve grabado en piedra, costeado con la contribución del Estado Español principalmente. Pero ojo, no hablamos de ninguna ciudad cualquiera. Hablamos de Burgos… creo que con esa aclaración he disipado las dudas de quien me preguntó. Dicho por mi parte sin ninguna ironía, aunque pueda parecerlo, pues cualquier símbolo político, en pintada o relieve, sea cual fuere su signo, en un monumento, al igual que cualquier viajero, me parece una aberración y un insulto a la cultura. Los Vítores vamos a dejarlos como un hecho histórico y complemento de tales magnos edificios y fuera de cualquier tinte asquerósamente político.
¡Ah ¡Por cierto, como disfrutamos en Plasencia y nos empapamos con la lluvia en Jarandilla de la Vera camino al yantar del prestigioso mesón Puta Parió (Así como suena).  Se desbordaron las cataratas del cielo.
Nuestro agradecimiento al guía de Plasencia DON ISMAEL MARTIN premio Glorioso Mester 2010
Vítor s. m.
1   Aclamación de alegría con que se aplaude a una persona o un suceso.
2   Cartel público en que se elogia a una persona por alguna hazaña: tras la victoria electoral la fachada de la sede del partido apareció llena de vítores.
OBS Normalmente en plural.
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.

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