viernes, 17 de febrero de 2012

LAS LUCES DEL VIENTO.

LAS LUCES DEL VIENTO.
POR
APULEYO SOTO
Apuleyo Soto y Luis Molano. Elvas (Portugal)



Ahora que se recrudece el invierno, recibo como una brisa de primavera ÁNFORA NOVA en cartoné (número extraordinario 85-88, Rute, Córdoba), titulado “LAS LUCES DEL VIENTO. Veinte poetas contemporáneos en la estela de Góngora”, donde el vate y Cronista Oficial de Fuenteobejuna, Manuel Gahete, traza una panorámica crítica de sus autores admirados, y gracias por lo que me toca, en su ensayo “La vie en rose”.

Es un gozo lujoso encontrarme en columnas marmóreas de literatura viva junto a Manuel Alcántara, Santiago Castelo, Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Antonio y Carlos Murciano, Justo Jorge Padrón, Pablo García Baena, Clara Janés, Jaime Siles, Leopoldo de Luis…y el propio Luis de Góngora y Argote, canónigo de “Soledades”.

Se tratan, entre otros temas, “la palabra sin tiempo, los paisajes de la humanidad, la magia de los nombres, el poder del lenguaje, los abismos de la luz, el crisol de las tradiciones y la contemporaneidad de lo clásico”.

Bello libro, vive Dios, en el que uno no sabe qué admirar más, si la transparencia de los versos o el resplandor de las ilustraciones o la belleza y ordenación de la tipografía, que alcanzan cotas sublimes, hoy, lamentablemente, no apreciadas en su magnitud.
Hojeando estas páginas, ¿cómo imaginar que un malhadado día acaben desapareciendo los libros en papel? No puede ser. Magnicidio. Pecado mortal de lesa humanidad.

Valga un ejemplo, y perdón por la autocita:
“No me lleves, Viento,
que estoy recontento
de verte partir.
Viento, movimiento,
cándido elemento
de esencial sutil,
no digas que miento,
pues sin verte siento
que pasas de mí”.
(Apuleyo Soto)

Pidan anforanova@ctvs a su editor-director José María Molina Caballero, y quédense con ella, para disfrutarla.

VISITAS MATRITENSES EN INMEJORABLE COMPAÑÍA

VISITAS MATRITENSES EN INMEJORABLE COMPAÑÍA

Jesús García y Jiménez.

G
rata noticia recibíamos en el Glorioso Mester, cuando nos llegaba recado electrónico de Juan José Martín Socias,  mi colega del Foro de Madrid, III Milenio, en el que se nos invitaba a compartir su grupo en una visita guiada al Palacio de Cibeles, antiguo Palacio de Comunicaciones y hoy sede del consistorio madrileño.

Ayer jueves 16 de Febrero poco antes de las 16,30 llegábamos a la hora convenida a dicha cita en la entrada de ese espectacular recinto, obra original de Antonio Palacios  y Joaquín Otamendi llevada a cabo entre 1904 y 1918.

Allí nos esperaban nuestros anfitriones y apenas nos dio tiempo de un cordial saludo cuando con la precisión de un reloj suizo comenzamos la visita prevista.

Desde 2007 que el magno edificio cambió de inquilinos grandes cambios de restauración e innovación ha sufrido aquella gran dependencia conocida como patio de operaciones situada al final de la marmórea escalinata tras la puerta principal.

Ahora todo huele a novedoso a pseudo vanguardista,  y una luminosidad inusual en aquel recinto predomina sobre aquella semipenumbra fría e impersonal, el olor a lacre y papelería se ha tornado en un aroma crudo y sin olor propio de estos nuevos ambientes.

Se han respetado los férreos pilares remachados y son expuestos desnudos con mil capas de pintura verdosa. Se conservan restaurados los primitivos mostradores y grandes paneles gráficos nos muestran el antes y el después
El Palacio de Cibeles Construido sobre los desaparecidos Jardines del Buen Retiro. Su propuesta, adaptada a la irregularidad y gran extensión del solar, se caracteriza por la originalidad, monumentalidad y deseo de trascendencia, asumiendo el historicismo, los logros espaciales, propiciados por la Revolución Industrial, y el simbolismo de la arquitectura europea.

En esta renovación o transformación para albergar las dependencias municipales, el palacio apenas había sufrido modificaciones relevantes, a no ser la ampliación con dos pisos hacia la calle y pasaje de Montalbán, llevada a cabo por Otamendi y Lozano, o las reformas realizadas entre 1980 y 1992 por Antonio de Sola y Navarro-Reverter.

La visita guiada es amena y bien encaminada, tuvimos la suerte de una excelente guía con un simpático acento “granaino”,  genuino como un personaje de García Lorca.

Como colofón realizamos  la visita a la terraza-mirador, planta 6ª, que circunda la torre del reloj, en la que para evitar aglomeraciones la limitan a unos cinco minutos, el día, aunque con grises nubarrones permitía ver con claridad las cumbres nevadas de la Maliciosa y la “Cuerda Larga”, un disfrute para la retina y también para nuestro ánimo el haber contado con la entrañable compañía de estos amigos del Foro de Madrid, Asociación hermanada con el Glorioso Mester desde el pasado Octubre.


martes, 7 de febrero de 2012

TERRESTRE CARNE DE MUJER.

TERRESTRE CARNE DE MUJER.
Por Apuleyo Soto

     Si Rubén Darío alzó a celeste la carne de la mujer, yo, con su permiso, la rebajo a terrestre, que es lo suyo. Nada más terrestre, sensual, germinativo y nutritivo que la madre de todos nosotros, hijos de la Eva universal.
      Los poetas se han deshecho en alabanzas románticas a su hermosura  y compostura, y, al sublimarla, sin quererlo, la han dejado aparte y por encima –o debajo- de la naturaleza pecadora, con lo que la han eximido hasta hace poco de su función progresista en la sociedad.
      Por fin ocupan las mujeres el sitio que les correspondía desde siempre, como ejecutivas, como impulsadoras y compañeras iguales de los hombres en el progreso de la humanidad. Son ingenieras, mecánicas, maestras, agricultoras, historiadoras, escritoras, médicas, veterinarias, arquitectas, biólogas…Y no sólo telefonistas, secretarias, señoras de la limpieza, artistas de cine y teatro o iconos de las pasarelas de la belleza andante. ¡Bienvenidas al gran espectáculo del mundo laboral, cuando hay tanto que hacer y compartir, para levantar el país de la postración de los valores económicos, sociales y culturales! Resultan imprescindibles, como las tres gracias clásicas: Aglaya (inteligencia), Eufrósine (alegría), Talía (representación). A ello.

DE FIESTA EN FIESTA POR LA PROVINCIA DE SEGOVIA

DE FIESTA EN FIESTA POR LA PROVINCIA DE SEGOVIA

Por Apuleyo Soto Pajares

     De fiesta en fiesta se ha ido a lo largo y ancho de diez consecutivos años por la provincia de Segovia el serio y competente periodista-escritor Guillermo Herrero, y ahora nos lo cuenta en un libro de bellísima factura, publicado por la Obra Social/Cultural de la Caja, que tanto hace con Atilano y Malaquías por desentrañar los entresijos de la que quiso ser ciudad autónoma en un rasgo utópico/ideal de un ucedeo Fraile y de otro irredimible segoviano de perpetua memoria: Manuel González Herrero.
     Enhorabuena al correcaminos. De tal palo, tal astilla; en casa del Herrero-librero cervantino, colmado de textos documentales en su calle Real -de tradición mantenida contra tirios y troyanos- era lo mínimo que se podía esperar.
     Estamos ante un texto abigarrado, pero no farragoso, que se puede ir picoteando como hacen los pájaros al reposar el vuelo, porque contiene mucha miga, toda la miga de las celebraciones festeras; él las denomina “liturgias”, sean religiosas o laicas, y razón que le sobra. A través de las cuatro estaciones, es decir,  a través de las cuatro edades de la vida, nos aproxima a lo que somos y fuimos, para que nos sintamos orgullosos del lugar que ocupamos en la tierra que nacimos, con sus bailes, sus jotas de paloteos, sus campos agricultores y ganaderos, sus costumbres de pan amasar y sus domingos de ir a rezar, tomar el aperitivo y echar las cartas.

     Se trata de un libro ingente, inteligente y necesario que debe posar, desde ya, en las estanterías de los hogares grandes y pequeños, capitalinos y rurales, para abrirlo a la contemplación y lectura de los amigos y vecinos. Se encontrarán con ellos mismos,  recordando sus tradiciones y sus vivencias actuales.

Guillermo, amigo, sigue dándonos graciosamente en El Adelantado tus primicias. Las saborearemos como frutos de esta “tierra de sabor”, que es la tuya y la mía.

miércoles, 1 de febrero de 2012

COSTUMBRE DE MATANZAS

AL HILO DE LA VIDA
COSTUMBRE DE MATANZAS
Por Apuleyo Soto – Glorioso Mester

L
a palabra matanzas nos suena como un pistoletazo a sangre caliente o como un acuchillamiento múltiple de seres indefensos y despavoridos. Y así es en su acepción primaria y principal. Fatal, no lo niego.

     Pero en estos momentos invernales no estamos en el Congo ni en Biafra ni en Siria, y no hay por qué tomarla al pie de sus letras. Se trata simplemente de un rito cultural gastronómico que celebra el pueblo llano desde hace cientos de años y en torno al cual se arraciman muy diversas sensibilidades: unas la repudian y otras la degustan, como en el Palacio del Virrey del Burgo de Osma, cuya insignia mayor de Castilla es el Matancero Gil Martínez Soto, casado con una segoviana de Carbonero, toma ya.

El gorrino es un animal totémico español y como tal debe morir sacrificado por la salvación del hambre del género humano. Está en la Biblia: De todo esto comeréis, etc y etc. O sea, de chorizos, chicharrones, morcillas, orejas y manitas. Y de esta forma estamos en el mundo mundial, que yo lo he visto, pues los jamones se envían al vacío hasta la China, la Indochina y la Conchinchina.

Ya llegará la Cuaresma, hijos míos, pero entretanto,  carpe diem. Carnaval, carnaval, carne en cueros.


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