Ciudades Patrimonio de la Humanidad
Redactor: Jesús García Y Jiménez
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ualquier rincón del mundo atesora una pieza perteneciente a una cultura milenaria desaparecida o un asentamiento humano que marcó la identidad de un pueblo.
Para evitar su desaparición, en 1960 se organizó una convención mundial que alertó a todos los países de la necesidad de cuidar sus bienes patrimoniales. El detonante de esta decisión fue la construcción de la presa de Asuán, que amenazó a los egipcios con hacer desaparecer los monumentos de Nubia.
La UNESCO reaccionó e hizo un llamamiento a la solidaridad internacional que se tradujo en una respuesta generosa que evitó el desastre, y en la toma de conciencia de los
Gobernantes de la necesidad de conservar lo heredado por sus pueblos.
La posibilidad de que se llegaran a destruir estos bienes concienció al mundo de que este tipo de riquezas no pertenecen a un país concreto: son propiedades universales y su cuidado corresponde a todos los ciudadanos del planeta.
La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura se hizo responsable de este llamamiento en 1972, fecha en la que crea la Convención para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural, que establece los requisitos para que un bien se considere como patrimonio cultural. Se habla entonces no sólo de monumentos, sino de conjuntos de construcciones o lugares de importante valor estético, histórico o antropológico. A partir de aquí, el proyecto comienza a caminar y la comunidad internacional se compromete: se celebra en Québec (Canadá) un primer coloquio internacional de Ciudades Patrimonio de la Humanidad y, a partir de ahí, las comunidades se reorganizan.
La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura se hizo responsable de este llamamiento en 1972, fecha en la que crea la Convención para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural, que establece los requisitos para que un bien se considere como patrimonio cultural. Se habla entonces no sólo de monumentos, sino de conjuntos de construcciones o lugares de importante valor estético, histórico o antropológico. A partir de aquí, el proyecto comienza a caminar y la comunidad internacional se compromete: se celebra en Québec (Canadá) un primer coloquio internacional de Ciudades Patrimonio de la Humanidad y, a partir de ahí, las comunidades se reorganizan.
Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España
En Castilla y León, tres son las ciudades que han conseguido el distintivo de Ciudad Patrimonio de la Humanidad: Salamanca, Ávila y Segovia. El 17 de septiembre de 1993 los ayuntamientos de Ávila, Segovia y Salamanca, junto con los de Cáceres, Santiago de Compostela y Toledo, formalizan un acuerdo para constituirse como el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. En 1996 entra Córdoba y dos años después, Cuenca.
Estas ciudades se comprometen a vigilar la conservación y protección de sus bienes, profundizar en sus estudios con el fin de que sus tesoros puedan ayudar a educar y a formar a las generaciones venideras; así como a actuar, de manera conjunta, en la defensa del patrimonio histórico y cultural, realizando proyectos comunes y acometiendo los problemas que afectan a cada uno de los enclaves.
También establecen políticas de intercambios de experiencias y planifican una política turística y de difusión de imagen que se corresponda con los intereses de todos los miembros del grupo.
N-Actualmente el GCPHE está formado por Alcalá de Henares, Ávila, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, San Cristóbal de La Laguna, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona y Toledo.
Fuente: Turismo Castilla León
¿Que están esperando para declarar al Puente Romano de Alcántara PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD?
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