EL PUNTO
LA BRÚJULA.
Por Apuleyo Soto
(Redactor Gloriosa Gaceta del Mester)
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a brújula, ¡qué palabra tan significante y tan significadora! Brújula para marear y terrear, para ascender a los cielos altivos y descender a los valles ínfimos, sin extraviarnos en el camino de la existencia cotidiana, si conllevamos ese artilugio minúsculo, sea en el bolsillo, sea en el macuto o mochila de andar y ver y supervivir.

Vuelvo de noche de la presentación de “La Brújula”, una colección de “libros de valores” que edita “San Pablo” en Madrid para el mundo de habla iberoamericana y vuelvo sorprendido y admirado por la hermosa velada literaria con que nos han obsequiado los editores a los muchos y notables asistentes, en su salón de Protasio Gómez, número 15, y en la que han competido el ingenio y el humor con la gracia y el sentimiento, gran sabrosura intelectual y emocional. (De los canapés posteriores no quiero ni hablar, ya os los imagináis a la luz de la luna del veranillo de San Miguel, con música clásica de fondo “verde que te quiero verde”).

No, el diccionario no es un “cementerio” (Cortázar)

No, el diccionario no es “un cementerio” (Cortázar) sino un vivero, y ahí está la Nueva Gramática de la Lengua Española, publicada ahora mismo por la Real Academia que la pule y da esplendor. Escribir es vivir, o al revés, da lo mismo, resulta que la lengua se regenera, y lo vimos y oímos en la boca de Fernando Lalana, “el Cervantes chico”, Pedro Miguel Fraile, José Luis de S.M. y otros más igual de discursores proeminentes.
Atentos, lectores, a “La esfera de cristal de Murano”, III Premio “La Brújula” infantil-juvenil, paternal-maternal. No defrauda. Alienta.
Querido Apuleyo:
ResponderEliminarSiempre tan genial como arquitecto de las letras.
Creo que te mereces un sillón de letra mayúscula en la RAE.
Abrazos
Santiago Lupión